Como recordarán hace dos años el gobierno de Alemania donó 2 millones de dólares al Perú para la construcción de un Museo de la Memoria. La primera reacción del gobierno de Alan García fue rechazar tal ofrecimiento con la excusa que el Perú tenía otros problemas más urgentes que resolver.
La respuesta ciudadana a tal rechazo fue masiva, todavía estaban tibios los cadáveres de los más de 70,000 compatriotas asesinados en su mayor parte por Sendero Luminoso, pero también un 30% de los inocentes murieron debido a la represión sangrienta e indiscriminada de las fuerzas del Estado.
Ante el escándalo originado por el rechazo de Alan García, Vargas Llosa se unió a las protestas, por lo que al gobierno no le quedó otra alternativa que aceptar la donación y nombrar a Vargas Llosa presidente de la comisión para la construcción de ese proyecto que tuvo como opositores a la cúpula del ejército y al cavernícola ministro de Defensa Rafael Rey.
La primera concesión que se hizo fue cambiarle el nombre y en vez de Museo de la Memoria, término que todo el mundo entiende, se le llamó Lugar de la Memoria. En varios artículos que se pueden ver en este blog (etiqueta Museo de la Memoria) manifestamos nuestra inquietud ante tal cambio, pero de algún modo nos tranquilizaba que el Dr. Salomón Lerner Febres, ex presidente de la CVR, estuviera como vicepresidente de dicha comisión.
Más adelante renunció Vargas Llosa como protesta por decretos supremos que iban contra los DD HH, y se quedó como presidente su íntimo amigo el octogenario pintor Fernando Szyszlo. Luego renunció el Dr. Salomón Lerner Febres. Así, mientras se cambian los nombres, las ideas y los gobernantes el proyecto físico comenzó su construcción en Miraflores, pero lo que va dentro no se ha hecho público ni discutido con las asociaciones de víctimas. Es decir están construyendo un continente sin saber su contenido.
Con el gobierno de Humala se suponía que las cosas iban ir a mejor y que el Museo de la Memoria podría recuperar su nombre y sus principios. Lamentablemente, el asunto ha ido al revés, Ante la necesaria salida de Szyszlo se ha nombrado a un nuevo presidente de la comisión y se ha cambiado el nombre al proyecto, ya no será Museo de la Memoria, tampoco Lugar de la Memoria, ahora lo han bautizado como Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social. No me digan que el nombre es lo de menos, no es verdad. El nombre de un proyecto indica su objetivo y en este caso se ha añadido tolerancia e inclusión social para que ampliando su ámbito pierda el principal objetivo: recordar lo sucedido para que no se repita.
El burdo engaño a la que nos somete el gobierno es un insulto a la inteligencia. Todavía el poder cree que uno es imbécil, que no nos vamos a dar cuenta la maniobra de la cúpula militar para evitar que los señalen también como responsables de parte de lo sucedido allí. Sabemos que fueron los miserables terroristas los que ocasionaron el mayor daño, sí, lo sabemos. Pero también sabemos que algunos miembros de las fuerzas del Estado cometieron execrables crímenes que no deben volver a repetirse
Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, vaya nombrecito. Qué diablos tiene inclusión social con los crímenes de Sendero Luminoso. Me dirán algún humalista que la falta de inclusión social fue el motivo que tuvieron sus dirigentes para crear SL, por favor, no solo fue eso, fueron muchas cosas bien descritas en los manuales de SL. También pudieran haber puesto propiedad privada, antiimperialismo, solidaridad, educación y la cuarta espada, centralismo, y sobretodo racismo. Con el nuevo nombre lo que hace Humala es pretender diluir los crímenes de las fuerzas del Estado añadiendo problemas sociales que han estado presente en la república desde sus orígenes.
¿Tolerancia? ¿Inclusión Social? ¿Porqué no agregarle también racismo, insolidaridad, neoliberalismo o centralismo? Qué vergüenza¡¡¡ Qué pensarán los familiares de las víctimas, los parientes de los miles de desaparecidos, las miles de mujeres violadas, los cientos de miles de compatriotas forzados a desplazarse, los parientes de los enterrados en 6,000 fosas comunes hasta ahora señaladas pero no exhumadas. ¿Es este el Humala a quien hemos elegido? ¿Qué lo ha hecho cambiar o siempre ha sido así?
Hay que levantar la voz, la calle es el derecho del pueblo para reclamar justicia.
Muchos de los miembros de la nueva comisión son personas respetables: Monseñor Bambarén, Hilaria Supa, Javier Sota Nadal; veremos cuánto duran.
HM
miércoles, 28 de diciembre de 2011
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