Les invitamos a participar en este blog dedicado a mantener la memoria histórica del terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA, al que se sumaron los crímenes cometidos por miembros de las fuerzas del Estado. También tenemos la Biblioteca Virtual de la Verdad y Reconciliación, cuyo contenido sigue creciendo. Al momento hemos registrado mas de 600 de libros, muchos de ellos digitalizados, así como cientos de fotografías, videos y cerca de 2,000 documentos y artículos periodísticos. http://www.verdadyreconciliacionperu.com/home.aspx


sábado, 20 de febrero de 2010

¿RECONCILIACIÓN...? ¿ENTRE QUIÉNES?

¡BASTA DE VAGUEDADES!
Realmente estamos hartos de que se hable tanto sobre la necesidad de reconciliarse sin identificar con pelos y señales quiénes son las personas o grupos que deben hacerlo. Todo son vaguedades, imprecisiones, nadie quiere realmente tomar al toro por los cuernos. Mejor es seguir nuestra inveterada costumbre de no hablar alto y claro para no herir susceptibilidades. Quizá se espera que con ese espíritu etéreo y ambiguo la gente enemistada se olvide de sus rencores y miedos. Claro que esto no sucede ni sucederá. Nadie ha descubierto la generación espontánea.

LA RECONCILIACIÓN SEGÚN LA CVR
La CVR formuló recomendaciones muy valiosas pero tan alturadas y ambiciosas que nadie les hizo caso, menos los gobiernos que aprovecharon la confusión para acusarlos falsamente de estar al lado de los terroristas y en contra de las Fuerzas Armadas. Muchos medios de comunicación han martillado una y otra vez esta acusación perversa y deshonesta que llegó a convencer a aquellos que no se dieron el trabajo de leer el informe de la CVR. “Una mentira repetida mil veces se convertirá en realidad” recomendaba Goebbels y los medios peruanos le hicieron caso.
En su recomendación final la CVR propuso reconciliar “los vínculos fundamentales entre los peruanos, vínculos que quedaron destruidos o deteriorados por el conflicto vivido…”. Más utópica no podía ser esta recomendación; hablar de “los peruanos” en general es como hablar del tiempo. Los peruanos estamos fraccionados en tantas formas que sería inútil examinarlo ahora. Intentando acotar el terreno la CVR recomienda una reconciliación “entre el Estado, la sociedad y los partidos políticos”. Es decir, reconciliación entre todos; es decir, entre nadie. Creyendo reducir todavía más el objetivo la CVR pide una “reconciliación de la sociedad civil con la sociedad entera, de modo especial con los grupos étnicos marginados”. Nótese que la “sociedad civil” no la opone a los militares, sino a la “sociedad entera”, ¿la “sociedad civil” no es parte de la “sociedad entera”? Finalmente, a la cola de la lista, la CVR recomienda una reconciliación entre “los miembros de comunidades o instituciones que se vieron enfrentados”. Sin mencionar por su nombre a ninguna de ellas.
Pero dejando a un lado nuestras observaciones, quizá mezquinas ante un documento valioso, lo importante que hizo la CVR fue preparar luego una hoja de ruta detallada para refundar, reconciliar, nuestra nación. Sus precisas recomendaciones abarcan desde necesarias reformas institucionales, como la reforma de la Policía, Fuerzas Armadas, Poder Judicial, hasta un Plan Nacional de Investigaciones Antropológico- Forenses, pasando por un Plan de Reparaciones. Estas específicas sugerencias podrían haber sido muy útiles para cualquier gobierno comprometido con el Perú, no para el de Toledo ni el de Alan García, a quienes el informe de la CVR les ha pesado como una loza. Nuestros gobiernos no han tenido la voluntad política, visión, ni inteligencia para hacer suyas recomendaciones que hubieran permitido la indispensable unión de los peruanos para enfrentar con éxito los retos de un crecimiento económico y social armonioso y justo.

¿QUIÉNES DEBEN RECONCILIARSE?
Dicen que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, por eso deseamos coger una ruta menos utópica y ambiciosa que la sugerida por la CVR. Primero consideremos que se reconcilian solo aquellos que en un tiempo llevaban buena relación y por alguna razón se enemistaron. Por ejemplo, desavenencias entre familiares, entre vecinos, entre amigos. Reconciliar es volver a la amistad, cariño y respeto de antes.
Ahora veamos quiénes participaron en los crímenes entre 1980 y 2000. Es evidente que hubo tres protagonistas. En primer lugar los terroristas que originaron el genocidio. En segundo término el Estado que no controló ni castigó las acciones de algunos miembros de la Fuerzas Armadas que ocasionaron masacres. El tercer protagonista fue el pueblo inocente cuyos habitantes fueron asesinados, secuestrados, torturados, violados u obligados a dejar sus hogares.
Aunque parezca perogrullada la reconciliación es un problema a tres bandas:
1- Terroristas vs Estado: reconciliación imposible. El Estado tiene el deber de juzgar y condenar a los terroristas. Estos no se arrepienten.
2- Terroristas vs Pueblo: reconciliación imposible. Los terroristas no han demostrado arrepentimiento. Es más, amenazan con volver a sus andadas criminales.
3- Estado vs Pueblo: es una reconciliación posible, necesaria e indispensable.
Hasta ahora no ha sido posible este acercamiento por la incapacidad que tienen los políticos para comprender que el principal asunto no es conceder reparaciones económicas siempre exiguas, tardías y que no cubren ni de lejos a todas las víctimas. El factor monetario es el menos importante en una reconciliación. Lo que se necesitan son gestos, actitudes, intenciones. Y de esto carecen los gobiernos que insisten en no poner a disposición de la Justicia a los criminales de sus Fuerzas Armadas. Que acosan y acusan de comunistas a todo aquel que defiende los derechos de las víctimas. Gobiernos que boicotean de varias maneras el programa de reparaciones y de empadronamiento de víctimas. Y sobretodo políticos que influyen en los medios de comunicación para que satanicen a las organizaciones que defienden los derechos humanos.

Esperamos seguir con el tema de la reconciliación, apuntalando las acciones que pueden lograr que esto ocurra en nuestro país en un futuro no muy lejano.



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