Pilar Frietas, perteneciente al partido enlodado por el enriquecimiento ilícito del ex presidente Toledo, pretende ser Defensora del Pueblo. Esta honorable institución es una de las pocas, sino la única del Perú, que mantienen todavía una alta reputación de independencia política indispensable para cumplir su difícil tarea.
Nombrar a Freitas como defensora sería inmoral y peligroso. La Defensoría del Pueblo debe mantener su independencia política a fin de garantizar su trabajo.
Durante varios años Eduardo Vega ha desempeñado esta tarea de forma interina por ser un funcionario con amplia experiencia y conocimiento luego de haber sido el más alto profesional de carrera en esa institución. No oficializar su nombramiento sería una pérdida irreparable para la Defensoría y para el Perú.
martes, 9 de julio de 2013
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